Hoy, día en el que el gobierno alcanza un pacto social con sindicatos y patronal, no sé por qué me viene a la memoria esta película de Roman Polanski de 1992 ("Bitter Moon", "Luna amarga", "Lunas de hiel" -su hermoso título en nuestro país-).
En ella, una bellísima y morbosa Emmanuelle Seigner -a la sazón esposa del director- da vida a una mujer casada con Peter Coyote, escritor mediocre, mayor que ella y parapléjico por culpa de ella misma, con él que ha mantenido y mantiene una relación muy turbulenta, no exenta de desafíos sexuales y humillaciones recíprocas, a veces con implicación de terceros; una relación en la que todo está y estuvo permitido para sacar al placer hasta sus últimas y más dolorosas gotas.
En un crucero coinciden con una pareja tontorrona -formada por el descolorido Hugh Grant y la formalita Kristin Scott Thomas- que trata de celebrar románticamente su séptimo aniversario. A lo largo de la película se va produciendo una interacción entre los cuatro personajes que no puede dejar a nadie indiferente, y que acaba en dramática explosión.
La transgresión de ciertos límites nunca -o casi nunca- tiene un final feliz, aunque entusiasme, aunque absorba todo en su desarrollo. Y desde luego que no lo digo por el pacto social.
16 comentarios:
Buscar el placer siempre me resulta positivo. Supongo que a la transgresión que te refieres será por el tipo de compromiso que tenga cada uno y su escala de valores.
Respecto al "pacto", yo creo que es bueno y dependerá su valoración en función de lo que cada uno lleve dentro. Quizás podría haber sido mejor, pero como comienzo no está mal. Si el fraude fiscal no fuera del calibre actual y las pensiones de los regímenes deficitarios y las no contributivas se nutrieran de los impuestos otro gallo cantaría. Menos mal que en los 90 hubo algún cambio que muchos no comprendimos. Lo entendí cuando me lo explicaron.
Yo creo que Nietzsche ha sido quien mejor ha sabido entender el precio que conlleva la transgresión del límite: no está al alcance de cualquiera, precisamente por eso mismo, porque lo que exige sólo está al alcance de unos privilegiados.
No he visto la peli, pero por lo que cuentas, merecerá la pena hacerse con ella. Saludos.
La de los tachones soy yo, ya opinaré cuando vea la peli :D
Bueno, pues...yo me voy a coronar con lo que voy a decir, pero como a estas alturas, ya estoy más que retratada, me da igual. :-)
Igual que la política se pervierte, cuando se usa única y exclusivamente en beneficio de unos pocos, olvidando los valores, los ideales y el beneficio común -cosa que está ocurriendo hoy constantemente, con el beneplácito de todos, doblando absolutamente todos y a todas horas, en beneficio de lo que conviene a los mercados y los grandes entes económicos- El acuerdo firmado entre sindicatos y gobierno, persigue garantizar que los beneficios no mermen y lleguen a quienes siempre han llegado, en detrimento de todos los ciudadanos. El gobierno les ha regalado año y medio a los sindicatos para que tengan algo con lo que justificar que no han claudicado y a por la siguiente...claudicación.
¿Qué disculpa se han buscado? garantizar pensiones futuras ¡¡ja!! :-)
Ocurre exactamente igual con la pasión. Llevada al límite, si no va acompañada de amor, inevitablemente es destructiva. Si tú amas a una persona, por mucha pasión que sientas, jamás le harás daño. Él es el que marca el límite.
Peter Coyote, que por cierto me encanta y la súper explosiva Emmanuelle Seigner, estaban enfermos y consumidos por una pasión devastadora, pero no se amaban en absoluto.
El tema de luna de hiel, es una preciosidad, vamos... de los de derretirse:-)
Muchos besos y feliz finde.
Hay una contradicción entre lo que dice Ricardo, y lo que más tarde afirma María; para Ricardo, la búsqueda del placer siempre es positiva, y María le marca el límite del amor, aunque nunca sepamos muy bien que quiere decir eso. En Lunas de hiel, la pareja "enferma" consigue de alguna manera prolongar el encoñamiento que incluye -o constituye- la alucinante fase inicial del amor de pareja, aunque luego ellos mismos paguen el coste de los recursos que utilizan para hacerlo. Yo -lo confieso- tendería a estar más de acuerdo con Ricardo (en esto)
No veáis en la entrada ningún intento de metáfora sobre el pacto social, que no lo es. Lo he citado por ser el santo del día, pero la entrada tiene otra inspiración completamente diferente.
Está bien el tema de Lunas de Hiel, de Vangelis, María, pero como se me quedaba corto, lo he acompañado de un tema de The hot spot, con John Lee Hooker y Miles Davis, y con el emocionante -para mí- Love in vain de los Rolling.
Gemma, la peli ha pasado varias veces por las teles, y está en todas las tiendas de DVD, y seguro que en los streamings o p2p. Cuando la veas nos cuentas. Tacho tus tachones.
Al leer los tachones de Gemma en mi correo me he dado cuenta de que he saltado sobre Lázaro por comentar al unísono a Ricardo y a María. A ni me parece que Nietzsche en sus obras más provocadoras era un provocador, y que su elogio de la transgresión, su admiración por ella, frente a la moral del débil de la cultura judeo-cristiana, era más bien un acto de "epater le burgeois". A mí me pasa algo parecido ;-)
Se podría establecer cierta comparación entre la pareja Coyote-Seigneur en Lunas y la de Brando-Schneider en El último tango, lo que pasa es que en El Tango la mayor transgresión a la que llega la pareja es a un coito anal untado con "beurre". Nada que ver; eran otros tiempos.
Verás PEPE,
cuando uso lo de enfermos, no lo hago peyorativamente, por si cuando lo has usado al comentar tú, lo has tomado por ahí. Creo que están enfermos por la intensidad y los extremos a los que llegan...se hacen daño a lo bestia uno al otro, toooodo el tiempo. Ella pierde la dignidad y se convierte a mi modo de ver, en un ser despreciable, bastante más que él, me parece.
Y el amor, no lo sabrá definir nadie, eso es cierto, pero todo el mundo sabe lo que es...otra cosa es que tenga la suerte de vivirlo. Por eso te emociona la canción de los Rolling, habla de él.
¡¡Hale!! ya te dejo, que si me enrollo más...
me riñen:-)
Más besos.
Veo, María, que recuerdas bien la peli, o la has visto muy recientemente o te impresionó mucho ;-) Yo a la pareja, mas que "enferma" la llamaría "morbosa", que es un sinónimo, pero que tiene otras acepciones; por ejemplo, según el diccionario de uso Clave, morbo es "Atracción y excitación que produce lo desagradable, lo cruel, lo prohibido o lo considerado inmoral". Por qué dices que ella pierde la "dignidad"?
Como ocurre con frecuencia con las canciones de amor, el Love in vain es una canción de desamor, ella se larga en el tren y él se lamenta: "All my love was in vain! All my love's in vain!"
Siempre que hay un pacto hay que ceder por ambas partes. Luego va el tema de los resultados, que pueden quedar tan lejos de lo que esperabas que sean pura frustración. O todo lo contrario, que echando cuentas, valga la pena.
Hitos, Itaca es el viaje en sí.
La vi hace mucho, pero sí que me impresionó. Lo pasé mal viéndola, pero me parece una buena película, aunque debí imaginármela viniendo de Polanski. Y sí, tienes razón, queda mejor morbosos, que enfermos. Aunque estos dos, rayaban la enfermedad:-)
Verás, alguien pierde la dignidad, a mi modo de ver, cuando se arrastra como una culebra, se degrada y pasa por lo que que sea, con tal de conseguir algo...aunque en este caso, no tengo muy claro que pretendían conseguir. Entre los dos se cargaron algo que comenzó precioso y terminó con un odio a muerte, por eso dije que nunca se amaron.
Voy a meterme en un jardín de los míos, pero yo creo que si amas de verdad a alguien, jamás puedes llegar a odiarle. Eso sólo sucede cuando se le llama amor, a algo que nunca lo ha sido. Por la misma razón que dije, que alguien que te ama de verdad, jamás puede hacerte daño adrede. Si alguien te hace daño adrede, no te ama, al menos yo lo veo así.
Puede terminar la historia, porque a veces la vida es muy complicada, incluso puedes querer de diferente manera, pero odiar, nunca.
Y la canción de los Rollings puede interpretarse de muchas formas. Puede ser que ella se haya ido o puede ser que al final él, no haya sido capaz de irse con ella...
La canción dice que le sigue con la maleta ( no dice de quién es la maleta:-) Jagger es un llorón, no te fíes :-)
Nunca se ama en vano, sólo...nos equivocamos.
Y es verdad que suena muy bien, aunque a mi me emociona más la de Vangelis.
Muchos besos.
Lo de la ley de arriba, me suena a trabajo...a ver si en otro momento le echo ganas:-)
María, en mi opinión el amor es un flujo que va dando vueltas y revueltas, hasta el punto de llegar a cambiar de orientación y de sentido, y de nombre; odio es uno de los muchos que toma. Nadie que ame hace daño? Yo creo que se hace a veces aun cuando lo que se sienta se llame todavía amor.
No había pensado en esa otra visión de la letra de los Rolling; de hecho termina diciendo: "Yeah, when the train left the station it had two lights on behind
Whoa, the blue light was my baby
And the red light was my mind". Si no estoy mal informado, "blue" es triste y azul a la vez, como el gato de Roberto Carlos; así que la que estaba triste era la chica porque el se quedaba... Qué cosas. No se me hubiera ocurrido. Es cierto que Mick era -es- un llorón; se cuenta que una de las noches que más lloró fue cuando lo pilló la mujer de David Bowie en la cama, con su marido.
En la pradera de arriba se agradecerá tu docta opinión, que ya ves que yo estoy liao. Besinos.
Jajaja de docta nada, pero ya te he dejado, mi apañito
arriba.
Ah! y me alegro que ya nos ajuntemos :-)
A ver cuanto dura...¿..?
Muaakss, hasta mañana.
Eso, querida María, depende de ti, y solo de ti ;-)
Pues eso es lo malo, PEPE.
Si no fuera porque yo he seguido tirando de este carro, esta amistad, se había muerto. A veces es muy duro tirar solo. Menos mal, que yo no dejo que se me muera nadie:-) No me lo pongas muy difícil ¿vale? sólo eso. Recuerda que soy muy boba;-)
Un beso, PEPE... que pases un buen domingo.
Eso es lo malo, María? Hasta ahora, y como ya hemos hablado, tu buscas los obstáculos al caminar del carro, y luego -es verdad- tú misma te encargas de sortearlos. Pero te recuerdo que en muchas -o todas- las ocasiones los obstáculos ni siquiera estaban ahí.
Te recuerdo también que en una ocasión me felicitaste el cumple, cuando era el de otra persona, a la que tú considerabas un heterónimo mio, así que cuida de no ver en el camino de este carro de suave trayectoria obstáculos que en realidad hayan puesto otros, y no digo que necesariamente con mala voluntad. Yo soy yo, y solo yo; o Pepe, o antes, Panta. Nadie más.
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