


Hasta hace poco ser pareja celosa estaba tirao. Apenas había que vigilar el buzón de correo en papel, la lista de llamadas desde el fijo, los gastos de la tarjeta... Ahora la pareja celosa enloquece: decenas de cuentas de e-mail, Facebook, Twitter, My Space, innumerables chats y messengers, blogs, el caché de los navegadores..., y eso solo en ciber, que además la vida real sigue exisitiendo: móviles, sms, escapadas,.... No le deseo ni a mi peor enemigo o enemiga ser pareja celosa en estos tiempos.
Tengo que decir que el objetivo principal de mi experimento consistente en privatizar el acceso al blog, que era observar el comportamiento de un lurker, no ha llegado a cumplirse, pues el lurker en cuestión no se ha manifestado, no sé si será que está distraido con otras cosas.
El objetivo secundario era ver si las visitas al prado estaban producidas en su mayoría por los más conocidos, y la respuesta ha de ser "no". Como se aprecia en el gráfico, la privatización del prado provoca un derrumbe en el número de visitas y de páginas visitadas, que pasan de ser 150-200 al día a apenas llegar a las 40, así que, como le gusta creer a Joselu, nos visita mucha más gente de la que se manifiesta. Muchos visitantes se quedan sin acceso, pues no pueden recibir la invitación al no estar censados, tener que rellenar los datos para entrar tiene seguramente un efecto disuasorio para muchos, y finalmente, las entradas no se actualizan en los blog-rollers, por lo que los que usan esa referencia para visitar cuando hay novedades, quedan sin información.
Con todo, fue interesante estar un par de días sin blog, volver por un tiempo a ese estado de inocencia primigenia, sin pensar en entradas, sin comentarios que leer o responder, y ha sido curioso regentar un blog privado por unos días. El experimento ha terminado. Sr. Lurker, está usted en su casa.