No es cierto que a Mourinho se le va poniendo cada vez más cara -mezcla de melancolía, desánimo y ansiedad- de Pellegrini?
A mí el fútbol se me da una higa, pero no puedo sino sentirme solidario con esos cónyuges y cónyugas cuyas respectivas parejas tiñen el día -y la noche- de color o de blanco y negro en función de los resultados de su equipo del alma. Tampoco puedo pasar por alto que Mourinho desprecie a Pellegrini, quien -según oigo- consiguió con el Madriz mejores números que él, aunque al final fuese para perder, igual que él.
8 comentarios:
¿No conoces a alguien más productivo?. El mundillo del futbol da nauseas...¡¡¡ que tropa !!!.
Un saludo..
Querido hermano.
Creo que el tema del fúmbol, la jodienda y su relación de proporcionalidad, sea ésta inversa o directa, viene aquí que ni pintiparado. Alguien tenía que decirlo y hete aquí que has sido tú.
Espero ansioso la opìnión de l@s contertuli@s, puestos en el tema, claro, pues no podría ser de otra manera.
Afueraparte, te diré que a mí el fúrbor me importa una "jiga" como a ti. Sin embargo, no te niego que encuentro en el ambiente fumbolero cosas que no veo en otros aspectos de la vida cotidiana. Me fascina a mí el furor de los aficionados o hinchas. Me asombra el poderoso verbo de los entrenadores cuando dicen que para ganar hay que meter goles, por no mencionar el acierto con que pronostican que si la portería está ahí pero el balón no entra, no hay gol. Ciencia en estado puro.
Hallo yo en el furborl, por ser breve, lo que no hallo en el fumbolín; igual que veo en la polítiquilla de calle lo que no me es dejado ver en la política de micrófono, guiones y banderines.
Por cierto que el otro día vi llover, vi a la Cospedal llorar con una especie de botijo, vi gente correr y no estabas tú. Eso aplicado a la jerga fumbolera sería el trillado " si tu jegas ben mais contrario da cavesaso y mete gol, qué?."
A mí lo que me gusta del fúmbol es que el sentido común es más democrático. Ahora bien, igual que te digo esto te digo que los veinte minutos largos que le meten al furbor en los telediarios se los podrían meter donde las abejas tienen el picho.
Me he extendido mucho y lo siento.
Un abrazo.
Ojo que "picho" no es un error.
O Futebol o maior expectáculo sportivo de Portugal....
¿cuantos inversiones, empresas, hospitales.... se podrían hacer con lo que ganas los ases balompédicos?
Pues eso.
Un saludo, Temu. Es la religión de nuestros días; si llegase a ser la superación de las demás...
Esos 20 minutos, hermano Antonio, son necesarios para que el espectáculo continúe. Mira como la Coca-Cola no deja de anunciarse. Si de pronto los telediarios y las radios volviesen la espalda al fútbol ya veríamos que pasaba. De las peculiaridades del cazurro lenguaje futbolero ya hemos hablao por ahí. Sé que la Cospedal lloró, pero aun no sé por qué, ni si fue de alegría o de pena. Por cierto, está preñá?
Malo, creo que ya lo hemos dicho: el sueldo de los futbolistas de élite se rige por las leyes del mercado; cuando tú consigas que decenas de miles de ciudadanos suelten cada semana entre 30 y 120 leuros, y varios millones más se abonen a cadenas de televisión cifradas, para verte hacer tu trabajo, reclama un sueldo igual al suyo.
Pues no lo veo claro yo. Hay gente con sueldos muy bajos o que incluso se van al paro trabajando para empresas que declaran beneficios astronómicos. Es decir, "generan" mucho más de lo que cobran.
El margen de ganancia de los clubes estrella, de sus accionistas, consejeros y ejecutivos podría aumentar mucho si les pegaran un bajonazo al sueldo de los furgolistas de elite. Y si se quejan pues ya se sabe, militarizados por nuestros simpáticos y abnegados militares (menos los de Botoa, que se ve que han salido rana) que qué va a ser esto de dejar a la gente sin su "derecho al futbol" que ya habría que ser malo malísimo (mejorando lo presente). No concibo mayor catástrofe natural que dejar a la gente sin fútbol. ¡Qué horror!
Algo raro pasa ahí.
Yo creo, ATB, que los futbolistas también generan mucho más de lo que cobran, no todos, claro. Su vida laboral es además muy breve, y está a merced de cualquiera que les rompa la tibia. Lo de el fútbol no deja de ser incomprensible.
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